1
Cortar la mozzarella en doce bastones de 1 onza y forrar una bandeja para hornear con papel de hornear.
2
Añadir la harina a un tazón. En otro recipiente, batir la leche de almendras y la maicena hasta que se mezclen y no queden grumos. En un tercer recipiente, añadir el pan rallado, el condimento italiano, la levadura nutricional de ajo tostado y la sal. Mezclar bien.
3
Cubrir un palito de queso por todos los lados con la harina y, a continuación, sumergir en la mezcla de leche de almendras. Por último, añadir al tazón con el pan rallado y dar golpecitos para cubrir la mezcla por todos los lados del palito de queso. Colocar en la bandeja para hornear.
4
Repetir el proceso con los palitos de queso restantes y meter en el congelador durante al menos 1 hora.
5
Llenar una sartén honda con unos dos centímetros de aceite vegetal. Calentar a 170ºC, colocar los palitos de queso en el aceite y freír durante unos 2 minutos por cada lado, dándoles la vuelta una vez, hasta que estén dorados.
6
Sacar de la sartén y escurrir en un plato forrado con papel absorbente. Espolvorear ligeramente con sal y perejil. Servir inmediatamente con salsa marinara caliente para acompañar.